ERTE o Expediente Regulador Temporal de Empleo ha sido una de las palabras de moda asociadas al entorno empresarial desde que estalló la crisis del Coronavirus a nivel mundial, pero no es algo nuevo que se inventase con motivo de la crisis sanitaria. Esta solución para las empresas lleva años en uso e incluso fue un desahogo para algunos empresarios fruto de la crisis económica del 2008.
Un trabajador que está en ERTE pasa a una situación temporal de desempleo durante un tiempo, recibiendo la prestación correspondiente por parte de la administración, pero sin que su vinculación de contrato con la empresa se vea afectada. El ERTE puede ser de parada total de la actividad laboral o de reducción de jornada y se diferencia del ERE en que es una situación de carácter temporal.
Sin unos plazos estipulados
La situación de ERTE no está legislada en sus plazos mínimos o máximos debido a que se entiende que es una situación extraordinaria que tiene que ver con unas circunstancias puntuales que afectan directamente a la empresa y a sus trabajadores. Es por eso que la duración del ERTE está directamente supeditada a que se supere ese evento o crisis puntual asociado a la motivación de acudir a este extremo. En el caso de los expedientes solicitados por causas de la pandemia de Coronavirus, por ejemplo, la motivación de solicitud del ERTE concluyó el día en el que se puso fin al estado de alarma.
Por norma general cuando una empresa solicita entrar en ERTE suele dar ya unos plazos estimados de cuánto va a durar dicho expediente, pero esto no impide que se puedan pedir prórrogas en el futuro una vez superado estos plazos.
Si actualmente se encuentra en una situación de ERTE demasiado prolongada y no le dan soluciones por parte de su empresa, puede contactar con un abogado laboralista en busca de asesoramiento. En el despacho de Carlos Castro Álvarez atendemos en nuestro bufete en Santiago de Compostela.
¿Qué implica el ERTE?
El Expediente de Regulación Temporal de Empleo tiene una serie de implicaciones tanto para el trabajador como para el empleado que se pueden entender como ventajas dentro de un contexto ya de por sí crítico.
- Empresa: Permite al empresario hacer un alto en el camino y reducir sus costes de producción en un momento en el que los ingresos no son los esperados. Es una solución temporal para evitar que los gastos acumulados puedan resultar fatales para la empresa y que esta pueda reanudar su actividad luego de un tiempo.
- Trabajador: Para el trabajador ir al ERTE implica un compromiso por parte del empresario de que, una vez superado el bache temporal, volverá a regresar a su puesto de trabajo. El trabajador estará protegido durante al menos seis meses después de volver a su horario habitual. Durante el tiempo que esté parado el trabajador recibirá una prestación por desempleo de un 70% de su base reguladora durante seis meses y del 50% superado este tiempo. Además, el trabajador no verá consumido su tiempo de paro durante estos meses.
En el despacho de Carlos Castro Álvarez damos asesoramiento a particulares y a empresas en cualquier ámbito relacionado con el derecho laboral. Puede contactar con nosotros si ha sido despedido antes de los seis meses después de regresar del ERTE o si busca asesoramiento legal para la tramitación de un Expediente de Regulación para su empresa.